sábado, 18 de julio de 2009

Nos devoran los de afuera

Es claro lo que dice el Martín Fierro. Si nos peleamos entre nosotros (los hermanos) nos terminan devorando los de afuera que aprovechan nuestra distracción y debilidad y nos ganan de mano. No es momento en el peronismo para comenzar con recelos y orgullos sin sentido. El partido debe reestructurarse en base a elecciones internas para determinar los candidatos de 2011. Reuteman ejerce un liderazgo fuerte actualmente y luego, detrás de su nombre, tenemos una serie de gobernadores (o ex gobernadores) y de ex presidentes que pujan por quedarse con el sillón de Rivadavia.
Tando Adolfo como Alberto Rodríguez Saa han tenido sendas oportunidades en 2003 y 2007 respectivamente, de ser candidatos a presidente y ninguno obtuvo el premio mayor (o, para peor, ni siquiera figuraron en el podio). El ex gobernador y ex presidente Puerta no tiene la estructura ni el peso en su nombre como para comandar unipersonalmente al justicialismo. Lo mismo ocurre con Juan Carlos Romero. O con Jorge Pedro Busti. Así como todos los caminos conducen a Roma, no encontramos otro dirigente mas apto que el ex presidente Carlos Menem pare reorganizar el país que, tras una década sin su presencia, se encargaron de desorganizar quienes se preocuparon por ser anti-menemistas en lugar de posmenemistas, y para también rearmar el partido que lo supo vencedor en la elección interna mas democrática de la historia argentina. ¿Quién si no él que estuvo acompañando al General Perón para explicarles a los demás el qué y el cómo del sentir justicialista?
Fuera de los nombrados nos encontramos con dos enconos bien extremos uno del otro que intentan, también, tener peso en el partido con vistas a 2011. Por un lado, Mauricio Macri quien desearía federalizar lo que se produjo en la provincia de Buenos Aires donde su espacio, el PRO, fue aliado al justicialismo y derrotaron a Kirchner. Macri puede ser bien una solución al conflicto o un problema. Si logra negociar con el justicialismo y encabezar un formula presidencial, todo el arco peronista nacional sumados a los sectores de centro y centro derecha del país retribuirían una victoria casi segura para la Unión PRO-Peronista. Si, por otro lado, Macri va por su cuenta, fuera del justicialismo, dividiría los votos de un electorado común dejándole en bandeja la victoria a Julio Cobos. No hay que aclarar que cualquier intento del kirchnerismo por extenderse mas allá de 2011 no solo seria una catástrofe electoral para el kirchnerismo sino que para el propio partido justicialista que vería, otra vez, a sus votantes divididos en tres (el del kirchnerismo, Macri, y el que resulte de la reorganización del PJ). Esto, sin duda provocaría un presidente radical en 2011. En el extremo opuesto de Macri encontramos al padre de la Bestia, al doctor Frankenstein : Eduardo Duhalde, que desea con ansias hacerse del partido y manejar a sus dirigentes y por ende al país desde la sombra, como lo hizo hasta 2005, cuando Nestor aprendió del maestro y le mordió la mano a quien le dio de comer (como había hecho Eduardo con Carlos). Duhalde representaria una continuación apenas mas democrática y dialoguista que el kirchnerismo.
Por esto creo, al encontrarme con todas estas facciones tan disímiles, que la actitud de Romero de negarse a ser candidato a vicepresidente de Menem es alimento para los adversarios. Si se provocan rupturas dentro del peronismo federal, el 2011 encontrará cinco o seis candidatos justicialistas llevando al partido a su peor fracaso electoral. Romero no tiene con qué ser presidente, si es que esa es su aspiración. A Menem, en cambio, le sobra experiencia y cancha para serlo pero debe reacomodar su imagen en la sociedad. Esto lo hacemos entre todos o no lo hace nadie. Los afiliado deben ser los que decidan al candidato final pero un ignoto desconocido a nivel país no podrá pelearle la elección al dirigente nacional mejor postulado en las encuestas que es julio Cobos.

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